miércoles, 3 de septiembre de 2014

Me sobra espacio.


"No te cierres, nunca se sabe. 
Quizá caiga una estrella."


Llevo días intentando arrancarme de todas las maneras habidas y por haber, este incesante dolor de estómago que se apura en dividirme el cuerpo en trocitos cada vez que llamo al recuerdo y te trae con él de la mano. 
Llevo días apostando cada gota de sueño por uno más de sus renglones, por una curva más de su pelo. 
Días en los que no me cuesta imaginarlo cerca, otros visualizándolo lejos.
 Días con esperanzas lanzadas al aire. Alientos que se recordarán. Césped aún mojado en mi retina. 
Llevo días negándome un respiro de entre sus dientes, del interior de sus ojos - y cómo queman esos ojos -. 
Llevo días de hacerme recogidos en el pelo para que cueste menos llegar a él. 
Días rodeada de unas manos tiernas sujetando mis ganas. 
Días en los que no como, por comerle. 
Días que transcurren como segundos si estoy en ese hueco entre su cuello y el cielo.

Días esperanzadores. 
Días midiendo los días.
Días consumiendo el tiempo.

Un tiempo que escapa más allá de mi visión.  Más allá de sus fugaces besos. Tiempo para un nosotros, un cara a cara. 
Tiempo que gasto en recordarte con cada pestañeo. Tiempo en el que aparece mi sonrisa apuntando a sus hoyuelos. 


Un tiempo que se agita sin hacer ruido. Constante e inquieto. 
(Como él)