Te ha mentido, porque no es tan improbable que lo haga.
Antes de morir y reencarnarme en los ojos de un papel de fotografía,
he de decirte que te estás equivocando.
Que aquí, de pie en este mundo, tan sólo estoy parida por mi madre,
criada por mis ideales.
Que antes de morir, voy a vivir por tres
dejándote con la miel en los labios de no haber sido por cuatro.
Que voy a llorar como nunca lo hice
rompiéndome hasta el alma de todo lo que me ría.
Que antes de morir voy a poder odiarte
de la forma más dulce en la que te jamás te odien
y
te voy a visitar cada noche que se me antoje
tener un rato el olor a cuero de tu coche, en nuestro propio cuero.
Que antes de que se me borren las arrugas de la cara,
me cercioraré de grabártelas en la mente,
quizá también en la frente.
Tengo todo de mi parte para poder hacerlo,
porque antes de morir
volaré de aquí a las nubes y no en un avión.
Encadenaré cada uno de los versos
que separan tu mano de la mía.
Antes de morir cantaré a oídos insatisfechos
que los ritmos cambian,
que la música te mueve de diferentes formas.
Sin duda, antes de morir haré
que sonría cada uno de los lunares de tu espalda.
Te mintieron al decirte que no me daría tiempo
que no me daría la vida
porque antes de morir,
aquí
ahora
mañana
seguiré mirando de igual a igual
las muecas que me pone el Sol
a las nueve de la tarde un día de verano.
Y te contestaré, pensaré en ti y lo sabrás
porque antes de morir
podré decirte todo lo que me arde aún en la boca,
lo que me recorre las venas
que algún día dejarán de tener caudal.
Sabrás
que antes de morir, voy a ser eterna
y todos podréis verlo.